4 dic 2007

Embarazo adolescente






El 12,2% de las adolescentes chilenas están embarazadas. Y aunque los colegios enseñan u omiten la educación sexual según sus criterios, la mayoría sabe cómo evitarlo. Pero igual pasa. ¿Por qué? Por la misma razón que no le cuentan a sus padres el inicio de su vida sexual, o dejan el colegio aunque sea ilegal que las echen: por miedo a ser discriminadas.

El embarazo en la adolescencia es aquella gestación que ocurre durante los dos primeros años de edad ginecológica (edad ginecológica 0 = edad de la menarquia) y/o cuando la adolescente mantiene la total dependencia social y económica de la familia parental.

Se estima embarazo precoz, a la gestación ocurrida en muchachas a una edad cuando aún no son adultas y desde el punto de vista biológico, psicológico y social todavía no se encuentran aptas para desarrollar las conductas maternales. Son embarazos de riesgo, por lo que corre peligro la vida tanto de la madre como del niño. Hay una alarmante estadística referente al incremento de estos embarazos, y las cifras se estiman que tienden a subir.


Existen múltiples causas que explican esta situación, lo determinan básicamente factores socioculturales; así se ha observado que en la población rural y urbano marginal el embarazo precoz es más frecuente; pareciera que la maternidad para este sector fuera la única forma de valorización social que ellas tienen. En las zonas urbanas la mayoría de las adolescentes, ahora, tienen expectativas de educación o de empleo; por lo que en este caso, el embarazo precoz está más bien determinado por falta de comunicación en el entorno familiar inmediato; déficit de información, violencia intrafamiliar, falla en los métodos anticonceptivos y difícil acceso a los servicios de anticoncepción.

En estas madres se observa con frecuencia sentimientos de autodestrucción, frustración de necesidades afectivos, que las conlleva a una suerte de búsqueda desesperada de atención y ayuda. Lo que se ha visto es que la adolescente que ya tiene un hijo está en un gran riesgo de volver a quedar embrazada durante
el resto de su adolescencia.Al respecto debemos decir que cuando en un hogar no existe comunicación o ésta no es muy adecuada, ya sea porque no hay confianza entre padres e hijos; o unilateral (sólo hablan los padres) convirtiéndose en un monólogo; y no se hablan de "ciertos temas" por considerarlos peligrosos, entonces los hijos crecen muy a la deriva. La adolescencia es un período de turbulencia que se facilita mucho con el amor, la comunicación y la comprensión de los padres básicamente. Si esto no se brinda, entonces los hijos buscan el apoyo y comprensión en su grupo de pares; ahí es donde se pueden encontrar las condiciones para que se produzcan los encuentros sexuales primarios, que son los que conllevan, entre otras cosas, a los embarazos precoces. No debemos olvidar que durante la adolescencia la presión del grupo es muy potente y que los valores han cambiado de posición, esto no se puede desconocer, por ejemplo las adolescentes de generaciones anteriores denotaban un gran valor por la virginidad y conservarla era para ellas el prestigio de su dignidad; el mundo cambia y cambian mucos conceptos, nunca como antes el trabajo absorbe mucho a los padres y actualmente las madres también están muy lejanas de sus hijos porque igualmente laboran, dando como resultado que el diálogo entre padres e hijos, ya de por sí con serios déficits, se distancie cada vez más. Se añade el efecto de la televisión, medio de comunicación masivo donde se rompen los esquemas tradicionales de una manera abrupta. Las mismas telenovelas de ahora, con escenas que dejan muy poco a la imaginación, contribuyen a que las relaciones sexuales en personas jóvenes, constituyan una manera "moderna" de vivir la vida, en un período tan importante de la misma donde se afirman las decisiones. Entonces para la adolescente el decir, comentar y con orgullo, que tiene encuentros sexuales le da, ahora, prestigio dentro de su grupo de pares.

Los padres deben de informarse, buscar y recibir orientación, para hablar plenamente con sus hijos de temas que son parte de la vida, para que éstos puedan conocer lo que tienen que conocer, la vida es una realidad no una fantasía, y así los adolescentes pueden evitar caer en engaños, trampas y en toda una suerte de situaciones peligrosas por desconocimiento y falta de confianza con quienes deberían ser sus mejores guías, sus propios padres.
La sexualidad saludable es algo que enriquece al ser humano, es la manifestación del amor que de su dimensión física se eleva a la espiritual. Lo que se debe promocionar en los y las adolescentes que lo normal es retrazar el inicio de la vida sexual hasta encontrarse preparados física, mental y psicológicamente para que se asuma con responsabilidad y madurez una actividad que puede dar inicio a la procreación de un nuevo ser, cuya espera debe fundamentarse sobre las bases del amor y la estabilidad.

Comentario:

En todo control de supervisión de salud del adolescente se debe realizar consejería en sexualidad, con contenidos acordes a la etapa de desarrollo del joven. Esta educación debe ser integral, fomentando valores, con énfasis en el desarrollo de actitudes y habilidades que promuevan la postergación de la vida sexual activa y el logro de la abstinencia.

Sin embargo, frente a adolescentes sexualmente activos se debe entregar información de los distintos métodos anticonceptivos existentes, su eficacia, sus ventajas y desventajas, cómo obtenerlos y precauciones en su uso. Es imprescindible que sea el/la adolescente quien (idealmente junto su pareja, familiar u otro adulto acompañante) tome la decisión de usar o no algún método y cuál.

Si la adolescente queda embarazada, es imperativo que tanto ella como su familia reciban consejería sincera y sensitiva.

En cualquier caso, una vez que ya existe el embarazo, lo mejor es que la adolescente pueda contar con su familia y que se busque la mejor manera de que, a pesar de asumir su responsabilidad adquirida, en caso de que opte por tenerlo y ser madre, pueda continuar su desarrollo personal y educativo lo más normalmente posible. Esto irá en beneficio no sólo de la futura madre, sino también del hijo que está por llegar.

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