6 dic 2007

Drogadicción y Alcoholismo

Droga es una sustancia que introducida en el organismo ya sea inyectada, ingerida o fumada tiene capacidad para alterar funciones corporales, sensaciones, estado anímico o percepciones sensoriales). Existen muchas clases de drogas. Algunas son legales como el alcohol, el tabaco o los fármacos; otras son ilegales como el hachís, la cocaína, la heroína, etc. Todas las drogas tienen un denominador común: al ingerirlas pasan a la sangre y, a través de ella, al cerebro y a todo el organismo, provocando los diferentes efectos como excitar, relajar o distorsionar la realidad.
Afectan a la salud de las personas y su desarrollo personal. Sin embargo, este dato se potencia aún más en el caso de los jóvenes, puesto que cada vez que se recurre a las drogas como muleta para disfrutar de la vida o enfrentarse a sus exigencias, se está limitando la oportunidad de demostrar y desarrollar los recursos y las capacidades propias.
El riesgo más importante es su capacidad de crear dependencia, la cual se define como aquella situación en la que un sujeto necesita recurrir a la sustancia con regularidad, para superar los obstáculos que se le imponen en su vida diaria. Todas las drogas presentan esta característica.
Dependencia psíquica: Es cuando la necesidad de la droga produce una sensación de satisfacción y un impulso psíquico que exige la administración periódica o continua de esa droga, con el fin de obtener placer o de evitar un malestar.
Dependencia física: Es un estado de adaptación que se manifiesta en intensos trastornos físicos cuando se suspende la administración de una droga.
Todas las drogas dañan la salud y, si se toman con frecuencia, algunas pueden provocar daños irreparables, biológicos o psicológicos.
Muchas veces las drogas se ingieren mezcladas unas con otras, por ejemplo; porros y alcohol, éxtasis y alcohol, cannabis y cocaína, etc., sometiendo, de esta forma, al sistema nervioso a sacudidas contradictorias o multiplicando los efectos de ambas sustancias.
Los efectos dependen de diversas circunstancias:
La composición del producto (cantidad de principio activo, presencia de adulterantes).
Las características fisiológicas del consumidor (edad, sexo , complexión física, estado del organismo en el momento de tomar la droga, etc.).
La personalidad del consumidor.
Las expectativas del consumo (lo que le han dicho que produce y, por lo tanto, espera conseguir al tomarla).
Las experiencias previas con la droga.
La frecuencia de uso.
El ambiente (espacio físico, personas con las que se consume, etc).
Los jóvenes que abusan del alcohol piensan que ellos nunca serán alcohólicos porque éstos son los que están tirados en la calle; los que abusan de otras drogas piensan que ellos no serán nunca drogadictos; ellos nunca llegarán a ser drogodependientes, porque cuando quieran lo pueden dejar, etc. Todas estas afirmaciones ponen de manifiesto la convicción de que se controla, lo que se transforma es un síntoma de riesgo adicional. Siempre creemos que podemos controlar todas las situaciones y, en el caso de las drogas, esta creencia puede hacer que nos confiemos y perdamos de vista los peligros de algo con lo que estamos jugando.
La prevención es una labor de todos. Se compone de la suma de pequeñas aportaciones que cada uno puede ofrecer desde el papel que desempeñamos y desde el lugar que ocupamos. Todos tenemos algo que decir y algo que hacer y nadie puede hacerlo todo por sí solo:
Los padres fomentando en sus hijos, desde pequeños, hábitos y costumbres saludables, acompañándoles y apoyándoles en su desarrollo personal como sujetos responsables, libres y maduros, e informando y dialogando con los hijos sobre las drogas.
Los profesores inculcando la importancia de la salud, orientando sobre la manera de mantenerla y mejorarla, priorizando los aspectos educativos sobre los conocimientos y fomentando un clima de relaciones y un ambiente que contribuya a la evolución y a la madurez de sus alumnos.
Los médicos y el personal sanitario promoviendo la mejora de la salud de la comunidad, informando objetivamente sobre los efectos y riesgos de las drogas y proporcionando tratamiento a los afectados por su consumo.
Los policías y los jueces actuando fundamentalmente sobre la oferta y la disponibilidad de drogas, persiguiendo a los narcotraficantes, etc.
Los legisladores promulgando leyes que limiten la venta de drogas legales a menores y que sancionen los comportamientos ilícitos de producción y venta de drogas.
Los trabajadores sociales apoyando y orientando ante situaciones de desestructuración social y marginación que generan mayor debilidad ante las drogas en algunas familias, barrios, ciertos colectivos, etc.
Los mediadores y las asociaciones juveniles favoreciendo alternativas de ocio y tiempo libre saludables para los jóvenes, facilitando la formación de nuevos grupos de amigos, etc.

Comentario drogadicción y alcoholismo

Tanto al alcoholismo como la drogadicción son un problema grave y muy prevalente en la actualidad, especialmente en la población adolescente.
Es nuestro deber, como alumnas de enfermería y futuras profesionales, adquirir los conocimientos y herramientas necesarias para poder, en primer lugar, prevenir estas conductas y, en segundo lugar, brindar ayuda y apoyo a aquellas personas que, sea cual sea la razón o circunstancia, han caído en la adicción a las drogas y/o alcohol.
Los adolescentes y jóvenes son el grupo más propenso a la adquisición de este tipo de conductas, ya que creen que son “invencibles” y piensan que nunca nada les podrá hacer daño. Además por la etapa del ciclo vital que están pasando, se caracterizan por buscar nuevas experiencias y sensaciones, sin pensar en las consecuencias que éstas pueden traer. Otra característica implica el hecho que se identifican en gran manera con su grupo de pares y muchas veces por “encajar” en un grupo imitan conductas nocivas para la salud. Además cabe mencionar el hecho que buscan un refugio o escapatoria a los problemas que se ven enfrentados diariamente, como una forma de olvidarse de ellos por un momento.
Es por esta razón que es fundamental prevenir en la población, incluso desde la edad escolar, educando respecto a los riesgos y las consecuencias irreparables para la salud, tanto a nivel físico como psicológico.
Por otro lado, cabe destacar el hecho que, en primer lugar, nosotras debemos tomar conciencia de la gravedad de esta situación y del alarmante aumento que ha tenido el consumo de alcohol y drogas para que, de esta manera, seamos capaces de crear conciencia en el resto de la comunidad de que al alcoholismo y drogadicción son una enfermedad, pero que puede curarse.
Es fundamental brindar apoyo y comprensión a las personas que han sido atrapados por estas adicciones, así como también al grupo familiar que hay detrás, ya que ellos en gran parte de las ocasiones sufren igual o aún más que los propios adictos al ver como un miembro de su familia se autodestruye y arruina su vida poco a poco.
Nuestro rol como futuras profesionales de enfermería se basa básicamente en cuidar a los que necesitan nuestra ayuda y no a juzgar, ni enjuiciar, ni estigmatizar a los individuos que son alcohólicos o drogadictos, que es lo que muchas veces ocurre con estas personas. Debemos ayudarlos, brindarles apoyo, y darle todas las herramientas necesarias y que estén a nuestro alcance para que logren salir adelante, rehabilitarse e insertarse en la sociedad, que muchas veces los excluye y da la espalda.

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