
Cuando se habla de adulto mayor nos expresamos de un modo endulzado para referirnos a la vejes, ya que simplemente nadie desea que esta le llegue. A lo largo de la historia se ha podido ver como la sociedad se ha empeñado en evitarla, vivir como si no existiera, se habla de la fuente de la juventud, la cual siempre se ha tratado de buscar, y la ciencia también se ha visto involucrada, con estudios y formas de comprenderla. Los problemas e inquietudes de las personas siempre se han repetido a lo largo de la historia, y su respuesta ha variado dependiendo de las circunstancias y el contexto socio cultural, lo cierto es que trataremos de estudiar y comprender el modo de vida del adulto mayor para ver si la sociedad lo acepta o lo rechaza.
En nuestro país, la última evaluación cuantitativa de la población de Adultos Mayores, la entrega la encuesta Caracterización Socioeconómica Nacional, CASEN 92, efectuada por el Ministerio de Planificación y Cooperación, MIDEPLAN, en 1992. La cifra que entregó CASEN 92 es de 1.305.557 personas mayores de 60 años, lo que constituye una cifra cercana al 10% de la población total del país. Su distribución por sexos es de 734.440 mujeres y 571.117 hombres.
Por otro lado se puede decir que, debido al rápido incremento del número de adultos mayores en el mundo y sobre todo de aquellos más envejecidos, es que la organización y prestación de servicios de salud y en especial la “atención a largo plazo” toma cada vez más relevancia desde el punto de vista político y se transforma, además, en una necesidad socio-familiar. Los estudios internacionales demuestran que los individuos más ancianos aumentan cada vez con más rapidez y que concentran aquellos con más limitaciones funcionales que afectan su independencia en el diario vivir, por lo que requieren una valoración geriátrica integral y asistencia especial; además, se incrementan aquellos adultos mayores con trastornos mentales, cognitivos y del comportamiento, lo que hace más engorroso su cuidado a largo plazo.
Este “cuidado de largo plazo” es requerido por un porcentaje pequeño de adultos mayores (menos del 8%). Pero cada vez son más necesarios, ya que ésta población, a su vez, se está envejeciendo y se observan cambios socio-familiares en las sociedades actuales (familias y viviendas más pequeñas, mujeres trabajando fuera del hogar, etc.). Este tipo de pacientes necesita cuidados durante las 24 horas y ello se puede realizar en las propias viviendas o en instituciones. Es común observar que la persona cuidadora de la comunidad (familiar o contratada), realiza este trabajo en el domicilio con abnegación, pero a veces sucumbe o no hay una red social de apoyo, por lo que el paciente es derivado a una casa de larga estadía. Éstos lugares que, por lo regular, dependen del estado y cuyas características, tanto materiales como su infraestructura en cuanto a personal especializado para atender a las personas que ahí viven, deja mucho que desear. Los cuidadores, trátese de enfermeras, psicólogo, médicos, trabajadoras sociales, entre otros, realizan un papel crucial en el funcionamiento de tales instituciones. El cuidador, al igual que los residentes, es un ser humano, con una carga inherente a la labor que realiza y que, además, transita por todas las emociones o conflictos que implica desempeñar su puesto, al igual que los que cuida, necesita ser cuidado y atendido para el logro del bienestar de ambos.
Comentario AM en Instituciones y familia
La etapa de adulto mayor es sin duda una de las más difíciles de afrontar para la mayoría de los seres humanos. Casi nadie quiere llegar a ella, ya que es sinónimo de debilidad, enfermedades, decaimiento, etc. Esta es una de las etapas, junto con la de recién nacido, más complicada en el sentido que, en esta fase, el organismo va involucionando, o sea se van perdiendo paulatinamente las funciones corporales y el cuerpo comienza a manifestarse con la aparición de patologías, disminución de la fuerza y decaimiento del estado general del cuerpo.
Es por esto que es fundamental que las enfermeras(os), y en general los trabajadores de la salud brindar todos los cuidados y prestaciones necesarias para que los adultos mayores vivan su etapa de la mejor manera posible, tratando de mejorar los niveles de calidad de vida en ellos y potenciar a aquellos que se encuentran bien, ya que también es cierto que existe un gran número de adultos mayores que llegan a la vejez en perfectas condiciones.
La profesión de enfermería se caracteriza por “el arte del cuidado”, especialmente brindarlo en aquellas personas que más lo necesiten, por esto debemos ser capaces de ser empáticos y ponernos en el lugar del otro y darle todo lo necesario para que esté bien y se sienta bien consigo mismo.
No debemos olvidar nunca que los adultos mayores, por muy ancianos y deteriorados que estén nunca dejar de ser seres humanos que piensan, sienten, aunque a veces no puedan expresarlo.
Es fundamental otorgar apoyo, comprensión y cariño en cada atención, ya que son seres humanos igual que todos nosotros y debemos siempre pensar que uno de ellos podría ser nuestro padre, abuelo, madre, etc. y que nosotros mismos llegaremos si Dios quiere a la vejez y no nos gustaría que nos trataran mal por el sólo hecho de ser viejos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario